jueves, 10 de febrero de 2011

¿De quien es la culpa?

Por Alejandro Perez-Cotapos

Normalmente encontramos en los medios de comunicación noticias de este estilo:

·         Que el diputado Alinco andaba de parranda
·         Que la Ossandon tiene un sueldo reguleque
·         Que en Pelarco el PLADECO fue un copy-paste
·         Que en Concepción están dando subsidios truchos

Podemos distinguir entre estas 4 noticias: Las primeras dos son discusiones “chicas” del ámbito político, acusaciones que, más allá de ser o no verdad, provocan discusiones estériles que no hacen más que desprestigiar la política.

Las otras dos noticias son del ámbito de las políticas publicas, problemas que afectan directa o indirectamente a las personas y que se deben a (a) mala gestión de las autoridades, (b) desconocimiento de la ley o incluso (c) mala previsión de los eventos (como fue la comunicación en ONEMI del 27/2).

Muchas veces las discusiones van de un lado a otro, con “opinólogos” que culpan de uno al otro lado del espectro político. Que la concertación lo hacia peor, que la dictadura lo hacia peor, que queremos ayudar a las personas que otros no ayudaron, que no hay más presupuesto para hacer lo necesario, que es una campaña de desprestigio. Muchas razones y muchas formas de echarle la culpa a los demás de problemas propios.

La pregunta que más se escucha es ¿De quien es la culpa?. Pues creo que hemos llegado a un punto en que esa no es la pregunta esencial. Claramente es necesario conocer a los responsables y saber que es lo que se hizo mal, sin historia no hay futuro ni progreso. Sin embargo algo tan importante como eso y pocas veces mencionado es la pregunta: ¿Cómo mejorar esto? ¿Cómo prevenir que vuelva a ocurrir?

Muchas veces es mas fácil echarle la culpa al otro, pero es muy difícil buscar soluciones para los problemas. No son motivo de discusión publica pues muchos no se molestan en buscar soluciones, “ya las encontrarán” “no es mi problema” “siempre han existido estos problemas”
Busquemos soluciones, propongamos nuevas alternativas. Son ideas que pueden salir de la sociedad civil, de partidos políticos o de expertos, que pueden generar cambios. Empoderándonos de los problemas, mejoraremos las políticas publicas y el sistema político en general.

miércoles, 9 de febrero de 2011

La lógica comunitarista al analizar los problemas medioambientales

Por Basilio

*Comentario a "Un análisis comunitario a los problemas medioambientales" Ponencia de José Peréz de Adán; Costa Rica; 2008.

Los problemas medioambientales han ido adquiriendo cada vez mayor relevancia. El año pasado el caso de la central termoeléctrica Barrancones fue un buen ejemplo de como los ciudadanos se pronunciaron. Si bien la "solución" no fue  muy republicana, ni mucho menos. Es claro que lo definitivo fueron las manifestaciones en contra por parte de la sociedad civil. 

Lo anterior es un buen ejemplo de como funciona el análisis de los problemas medioambientales bajo una lógica comunitarista, tal como la plantea  Pérez Adán. 

Peréz Adán parte señalando que al contrario de lo que piensan los ecocentristas la razón es superior a la naturaleza, "la razón no se equivoca la naturaleza si". Es por ello que plantea que una visión comunitaria de los problemas medioambientales debe partir de esa premisa. Cabe señalar que para Pérez Adán los ecocentristas extremos creen que la relación es a la inversa donde la naturaleza somete incluso a la razón.

Más allá de las explicaciones conceptuales, el español continua con el relato de como hemos abordado los problemas medioambientales e identifica al año 1945 como el punto sin retorno, donde descubrimos que con el poder nuclear podemos acabar la naturaleza, aunque eso signifique terminar con nosotros mismos. Luego señala diferentes épocas y problemas que nos llevan hasta el presente donde ha quedado demostrado que ni el mercado ni el Estado han sido capaces de proteger el ecosistema. En especial Peréz Adán es muy crítico con el accionar de los Estados nacionales, estos, a través de sus políticos y clase dirigencial, tomaron la desición de incursionar con el poder nuclear, y luego han permitido que las grandes trasnacionales exploten sus recursos de manera inverosimil, por si fuera poco, finalmente, han contribuído con sus políticas de desarrollo a la contaminación atmosferica. 

Entonces la pregunta que cabe es ¿Puede el Estado o el mercado proteger el medioambiente? la respuesta, teniendo como base los hechos del últimos siglo es un No. 

La comunidad al rescate

Luego de concluir que ni el Estado ni el mercado protegerán el medioambiente, Peréz Adán da vuelta la página y nos presenta un actor exitoso: la comunidad. Más allá de reconocer el trabajo de las ONG´s y  las comunidades indígenas en estos temas. Peréz Adán posiciona una serie de prácticas comunitarias que permiten controlar eficazmente la protección al medioambiente, son los ciudadanos quienes establecen un consumo  inteligente que busca productos que provengan de un comercio justo, que se fabriquen sin dañar el ecosistema, antepone estos principios al simple interés de consumir. Entonces, Son los propios ciudadanos quienes establecen las reglas del juego. Es claro que lo anterior, esta muy lejos de cumplirse en todas las sociedades, pero igualmente es un fenómeno que va en aumento.

Finalmente Peréz Adán no señala que la razón comunitaria es superior a la razón estatal propiamente tal, entendiendo sin embargo que lo comunitario no es razonable por ser comunitario ni lo estatal irracional por ser estatal. Sin embargo, la razón de la comunidad, nuestra razón puede corregir a la naturaleza. En palabras de Peréz Adán:

"Por otro lado, y una vez asentado este punto de que la comunidad es un elemento constitutivo de la racionalidad, podemos entender la superioridad de la razón como un requisito de la naturaleza, como una demanda o reto que la misma naturaleza propone. Así, en este sentido, la razón se viste con el ropaje de la naturalidad. Este es a mi juicio el marco epistemológico más idóneo para entender los problemas medioambientales como problemas solubles mediando el concurso de la recta razón". 

martes, 8 de febrero de 2011

Qué haremos con nuestros residuos, desafíos y beneficios

Por Nicolás Anglas

En nuestro país existen temas que cada día toman fuerza de forma exponencial. Temas como la educación, salud, seguridad, equidad de género, drogas, desigualdad social y pobreza, entre otros. La sociedad comienza a tener conciencia sobre temas que antes eran poco conocidos, el cambio climático y los problemas medioambientales cuenta entre uno de ellos, en las últimas encuestas de opinión ciudadana esto es evidenciado de forma clara y precisa.

Sin embargo, como sociedad estamos aún muy distante de preocuparnos y ocuparnos de este tema en particular, la encuesta CEP de Noviembre – Diciembre 2010 arroga que solo entre un 5 y 6 % de la población afirma que es un tema en que el Gobierno debiese dedicar un mayor esfuerzo por solucionarlo.

El cuidado y la protección medioambiental es algo que nos preocupa a todos, o por lo menos, debiese. Creo sin duda alguna que como estudiantes de una Universidad como lo es la UChile, algo tenemos que decirle a la sociedad, ya es tiempo de no quedarnos atrás en estos temas, sino que más bien,  generar debate, proyectar soluciones y definir líneas de acción al respecto.

Desde este espacio quisiera comentar sobre la generación de basuras y residuos y lo que podemos realizar de forma práctica y sencilla. En la  Región Metropolitana se generan, cada día, alrededor de 6 mil toneladas de residuos sólidos domiciliarios. En otras palabras, cada habitante en la RM produce alrededor de 1 kilo de basura por día.

Por si fuera poco para el año 2020 se estima que la R. M. triplicará la generación de residuos sólidos domiciliarios que hoy produce. 

Considerando esta proyección, y que la generación de basura acorta la vida útil de los rellenos sanitarios, se hace necesario buscar alternativas de una mejor gestión de residuos y una de éstas es el Reciclaje.

“Hoy una gran cantidad de los residuos sólidos domiciliarios que generamos a diario se componen de materiales reciclables y productos reutilizables. Por lo tanto es  fundamental un cambio de actitud y de hábitos de la comunidad hacia el manejo de los residuos” menciona la CONAMA en uno de sus instructivos de reciclaje.

Por ejemplo, una tonelada de papel reciclado equivale a salvar la vida de 5 árboles adultos, ahorrar energía y agua en el proceso de elaboración o que al reciclar una botella de vidrio, se ahorra una cantidad de energía igual a la utilización de un televisor por 3 horas, algo similar ocurre con el reciclaje de latas de bebidas. Ambos pueden ser reciclados infinidad de veces, por sus propiedades.

La tarea entonces es, aprender a efectuar un depósito diferenciado de los residuos y participar activamente en algunos sistemas de reciclaje que existen: las campañas de beneficencia, las recolecciones comunales diferenciadas y la entrega de los residuos a los centros de Acopio y/o compra.

Como mencionaba  la RBP (Revista Bello Público) del mes de enero, hoy en día los grupos ambientalistas y ecologistas son más que “hippies buena onda”. La invitación es a informarse, debatir y llevar a cabo ideas que vengan en ayuda del medioambiente y de la sociedad en su conjunto.

viernes, 4 de febrero de 2011

La importancia de la independencia

Por Alejandro Perez-Cotapos

Dado el nivel de la  desconfianza de la ciudadanía en la política y los partidos políticos, es claro que estos deben reestructurarse y reciclarse.

El proceso no es fácil, y no tiene un manual de acción, sino que debe hacerse desde dentro de los partidos. Sin embargo en ese punto se plantea una interrogante, como lograr este objetivo sin caer en los vicios propios de la política actual. Esto debido a que con  el nivel de elitización actual de los partidos políticos  la única forma de adquirir el poder necesario para hacer estos cambios,  es cayendo en la llamada “maquina” política partidista. Esto hace que sea muy complicado establecer un cambio desde dentro y que sea cada vez más necesario establecer mecanismos de formación fuera de las instancias formalmente partidarias.  Es en base a esta idea que se crean instancias en la democracia cristiana  como el CDC (Centro Democracia y Comunidad) y y funcionan diversos grupos de aprendizaje con grandes próceres, donde se discuten temas de principios, valores y formación política.

En este contexto podemos hablar de los grupos políticos universitarios. Son, en principio, instancias donde los estudiantes aprenden sobre política, se impregnan de los valores y principios de una visión política, sobre la visión país, los sentidos comunes que surgen dentro de esa corriente política y sueñan un mejor país y liderar los futuros procesos democráticos y partidarios dentro de las colectividades, en el caso de que deseen en el futuro incorporarse a los partidos políticos.

Dada su importancia estratégica como semillero de nuevos liderazgos, los partidos políticos dedican más o menos recursos para su desarrollo y potenciamiento. La relación entre las organizaciones universitarias y los partidos es variable según las colectividades y los periodos. Sin embargo, esta columna plantea que debe haber independencia entre las instituciones.

Esta independencia tiene  su fundamento en la premisa lógica de no repetir los errores que han desprestigiado a la política partidista. Los jóvenes deben formarse en el ambiente que ellos decidan, para poder pensar y desarrollar el tipo de política  y visión de mundo que ellos consideren mejor. Una relación de dependencia con el partido político inhibe ese desarrollo, debido a la influencia política misma.

Pero este postulado no debe ser malinterpretado. Se necesita independencia, pero no absoluta, debe haber un justo equilibrio. Se requiere  de coordinación con los partidos políticos para desarrollar  formación, entregar las herramientas para el desarrollo político y los contactos que necesitan para desarrollarse. Seria ridículo pensar que las decisiones y la estructura deben ser totalmente impermeables a la influencia partidaria, pero esta debe ser solo en sentido de colaboración al desarrollo.

Por último, queda una gran interrogante por responder. Si los partidos políticos entregan recursos, formación, contactos, y se abstienen de ejercer influencia en las decisiones de los grupos universitarios ¿qué reciben a cambio? Lamentablemente la respuesta no siempre es satisfactoria, la ganancia es a largo plazo y consiste en generaciones de jóvenes preparados para asumir los desafíos políticos, votantes más afines con las ideas políticas y mejores colectividades que reconquistaran la pasión de la ciudadanía con la política. Pero en DCU_uchile, creemos que estas ganancias valen la pena.

miércoles, 2 de febrero de 2011

De Educación Pública, Libertad de Enseñanza y Municipalización

Por Basilio
*El pensamiento expresado por el  autor de la columna no representa necesariamente la posición frente al tema educacional de la DCU de la Chile.

Mucho se escucho hablar en las bocas de algunos dirigentes políticos de  la defensa de la educación pública. Sin embargo, parece que recién-ahora- hemos llegado a un convencimiento por parte de la clase dirigente(partiendo por los propio) de que la educación en Chile es mala, y que la educación pública en Chile da pena. Y aunque algunos intenten sacar provecho político para separar a los "progres y buenos" de los "malos y conservadores" dentro de la Concerta, lo cierto es que eso no paso más  de una anécdota del partido más antiguo de Chile, que de paso, no soluciona mucho el problema de fondo.

Ahora volvamonos sobre el problema real.  Qué análisis deberíamos hacer aquellas personas que pensamos una sociedad más comunitaria, donde los valores como la solidaridad, la caridad (escoja que denominación le gusta más, yo prefiero la última) o la cooperación sean más fuertes que la competencia y la mera iniciativa personal, y lástima decirlo, que el mercado. Qué buscaríamos que la educación chilena entregara a sus generaciones en formación, y cuáles son nuestro objetivos con ella.  


No creo que sea inútil comenzar con lo obvio, no creo que alguien que este de acuerdo con el párrafo anterior, este dispuesto a que el mercado y sus leyes de oferta y demanda(muchas veces más de oferta que de demanda) regulen la educación. Algo que ya esta pasando hace tiempo, ejemplo las Universidades y las  "dudosas carreras" que ofrecen. Sin embargo, los defensores de que el ejemplo anterior no cambie, señalan con gravedad que interponerse es violentar la libertad de enseñanza. Y buen punto tocan, estoy convencido de que debe existir libertad de enseñanza, no quiero que un regimiento de burócratas dependientes del Estado establezcan una educación única. Pero en este asunto hay que tener criterio de realidad, hoy más que en cualquier otro momento la libertad de enseñanza no esta en peligro, si es que se comprende como se alega anteriormente. Al contrario la educación pública es la que esta hacer "ratito" en peligro. La municipalización es mala y por supuesto se hace muy necesario invertir más recursos.


No voy a comenzar con el discurso de que en los veinte años no se hizo nada en cuanto a recursos, porque también es mentir, los recursos destinados a educación aumentaron ostensiblemente, pero aún a niveles que resultan insuficientes. Sin embargo, el modelo educacional establecido por el régimen militar  se mantuvo y se acentuó. Decir lo anterior ¿significa añorar un modelo donde toda la educación sea pública?, en mi caso no. Y quizá en esto, separamos aguas con algunos de los que también defienden la educación pública. La libertad de enseñanza es un principio que debe existir en sociedades que se vuelven cada vez más diversas. Por lo mismo las comunidades que se vinculen por los valores, creencias o vivencias comunes tienen derecho a "educarse". 


En segundo término, es por ese misma diversidad  que se hace esencial que el Estado sostenga e invierta en una educación digna y de calidad, que realmente sea una alternativa, al momento de elegir donde estudiar. Con la desigualdad en los contenidos y en la calidad de enseñanza es imposible que esto se cumpla, lisa y llanamente la educación pública, salvo excepciones, no es una alternativa para una familia que quiere que sus hijos se eduquen y tengan las mismas posibilidades que la de un niño o niña de una escuela particular. 


La realidad de muchas familias es que esta es sólo la última opción y muchas veces la única opción cuando no existen los recursos, ¿es esto justo?, la respuesta es No. ¿La actual falencia favorece y fortalece el republicanismo al que muchas veces los Demócrata Cristianos decimos adscribir? La respuesta vuelve a ser un No. Entonces, ¿como esperamos una sociedad más democrática y que no siga denostando la esfera de lo público?. El panorama  no es alentador sino se hacen las reformas necesarias. El Estado debe invertir en que la educación pública sea digna y de calidad. 


Finalmente, un comentario respecto a la municipalización, al parecer nunca fue tan relevante la forma en que se administra algo como en el caso de la educación pública y su municipalización.  Resulta obvio que el sistema no sirve, no se puede comparar lo que una comuna pobre de la octava región azotada por el terremoto pasado pueda hacer en los temas educacionales a lo que hacen las comunas con más recursos del Gran Santiago. La municipalización es una muestra más del criterio centralista con que se gobernó y se sigue gobernando, no se reconocieron (ni se conocieron) las realidades locales al momento de tomar la decisión. Obviamente un proceso  injustificable pero si comprensible viniendo de una dictadura.  Lo que no será ni justificable pero tampoco comprensible, es que en democracia se mantenga o se opte por un sistema que no reconoce las necesidades de las comunidades locales.



lunes, 31 de enero de 2011

Estado, Sociedad Civil y Política

Por Nicolás Anglas 
DCU de la Chile

En la vida todos tenemos sueños, metas u objetivos que pensamos tarde o temprano lograr. Es ahí donde aparecen y se conjugan lo que comúnmente llamamos intereses individuales e intereses colectivos.

Distintos autores a lo largo de la historia nos hablaron de cómo solucionar la pugna que surge entre los haberes particulares y colectivos, es así como Hegel nos proponía que era el Estado el encargado de conciliar y armonizar estos intereses, y que este en conjunto con la sociedad civil debiese cumplir con su objetivo fundamental y razón de existir del mismo, que es el servicio y la contribución hacia el Bien Común.

Siguiendo en la misma línea, Gramsci plantea que la función del Estado es mantener un consenso activo, un nivel elevado de confianza garantizando  a la sociedad civil el orden social, asegurando que las leyes y el derecho sean cercanos a la política, que se vigilen y se cumplan.

Ahora bien, evidentemente el Estado no es una máquina que se mueve con solo presionar un botón o mover un par de piezas, sino que es vitalizada por la acción humana y como tal posee defectos y virtudes. Es también, utilizando términos comunes y prácticos; dirigido por los “sinvergüenzas y ladrones” de los políticos.

En Chile se habla de una profunda crisis de la clase política, del gobierno, y de las instituciones en general. La opinión pública se manifiesta de forma negativa hacia los gobiernos y en particular sobre el accionar de los partidos políticos.

La pérdida del prestigio de instituciones que son importantes para el normal desarrollo de las funciones del Estado y del régimen democrático como lo es el Congreso Nacional y los partidos políticos. Un 20% de credibilidad tiene el congreso, mientras que los partidos por su parte cuentan con tan solo un ocho por ciento de la confianza de la población según los sondeos de la encuesta CEP.

Dicha situación se expresa por ejemplo en la disminución de la participación de la ciudadanía, de un 90,4 % de inscritos en los Registros Electorales en 1988, bajamos a un 68,9 % en 2009, y por otro lado, la tasa de los no inscritos aumento de un 9,6 % a un 31,1% en las respectivas fechas.

Igual o más de preocupante un es la situación de la población joven, en la encuesta UDP sobre interés y participación de los jóvenes nos encontramos con que en promedio existe un 71% de jóvenes sin disposición alguna a participar en política, situación que evidentemente, se agudiza en el sector social más bajo. Los jóvenes prefieren participar en organizaciones estudiantiles (28 %), actividades de grupos religiosos (23%), actividades de protección del medioambiente (19%), entre las más destacadas.

En su “El hombre y el Estado” el filósofo Jaques Maritain nos da una clase de lo que en cierto sentido debiera ser el cuerpo político: este es quien “encarna y representa a millones de ciudadanos, con su poder colectivo y sus esperanzas, con su fe y su centenaria experiencia de sufrimiento y gloria, con su destino y su llamado a la historia de la humanidad”.  

En la política de inspiración cristiana no podemos entender el accionar político sin una profunda vocación de respeto y de servicio hacia los demás. El mismo Jesús dijo que no había venido para ser servido, sino que más bien había venido a servir. Es por lo mismo, que nuestra vocación de servicio público no puede verse involucrada con intereses propios, sino que comprometida fuertemente con el desarrollo material y espiritual de nuestra comunidad. La población espera de un servidor público que desempeñe una labor que no manifieste intereses formados en la ejecución de las políticas, todo lo contrario, se espera que siempre vele por el bienestar en general y no el particular.

En el mundo individualista y atomizador en el que nos desarrollamos, un cristiano interviniendo en política no puede sino estar en contra de la corriente: debe siempre promover la acción comunitaria, que la sociedad en su conjunto sea quien utilice los espacios y recursos que le son propios.

Otra vez mencionando al filósofo francés, citamos un texto que pretende resumir la idea central de este escrito, “la acción política particular que no esboza un horizonte comunitario que atiende al interés social y lo respeta, no es correcto y por tanto, no se condice con la ética de los cristianos en el campo político”, decía Maritain.

Es de esperar que quienes ejercen funciones públicas, en la Administración del Estado y sus diferentes organismos estén a la altura del desafío planteado anteriormente, así contribuir hacia el perfeccionamiento de nuestra democracia, aumentar la participación cívica de las personas y finalmente lograr el desarrollo económico y social para todos y todas en nuestro país.

El cuerpo político requiere una profunda reestructuración, debe darse cuenta de los cambios que vive la sociedad y el mundo de hoy en día para así retomar el dialogo con la ciudadanía, recuperar la confianza y mejorar su gestión en camino hacia el continuo perfeccionamiento del sistema democrático y social.